Agencia/El Estado
Juncia, flor de cempasúchil, veladoras, luces y hasta papel picado forma parte de los elementos que engalan el altar que fue colocado en la casa de Raúl Bonifaz, en Plan de Ayala; en la capital de Chiapas.
Es una tradición que se ha repetido de forma generacional desde hace 50 años; festejan las conmemoraciones del 1 y 2 de noviembre. Se preparan a lo largo de cuatro semanas para reunir todos los objetos; se le suman las veladoras y hasta las catrinas que revisten este espacio.
El barro ylas tejas de adobe dan un toque especial al altar de la casa. El espejo, cual portal del más allá, da mayor profundidad a cada uno de los elementos colocados: frutas, verduras, tequila, pan de muertos y los gustos que tenían los seres queridos que ya emprendieron el viaje.
El incienso colocado en el corredor de la vivienda (que tiene más de 100 años de construcción) da un aroma singular; transporta a otro mundo, conecta con lo místico de «Todos Santos y el «Día de Muertos». Las paredes están cubiertas de cuadros llamativos, con catrines y catrinas.
El techo también refleja alegría con el papel picado y la luz tenue añade misterio. Las cruces de madera y los dulces complementan las tradiciones. El año 2022 es especial para esta familia, por fin retomaron la construcción del altar después de suspenderlo dos años a causa de la emergencia sanitaria que enlutó al mundo.