Según lo comentario por empresarios del ramo, tardarán más de una década para recuperarse de todo el daño que ha generado el virus en la parte de las finanzas.
El Estado/Agencia
En un plazo de 12 meses, el impacto económico que dejará el COVID-19 para la parte restaurantera será de tres mil millones de pesos, situación que pone a las empresas en una etapa de «terapia intensiva», remarcó Guillermo Acero Bustamente, presidente en Chiapas de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
Lo lamentable de la crisis sanitaria, más allá que los empresarios locales han seguido de forma estricta las recomendaciones de las autoridades, es que el Coronavirus ha pegado más fuerte que otros fenómenos naturales como el terremoto de 2017 o de asuntos sociales, como las protestas de los maestros o de organizaciones.
No obstante, enfatizó que el daño también se reflejará en cada una de las actividades productivas que tiene Chiapas y que, las estimaciones indican, se provocaría una caída del 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) local, lo que equivaldría a 30 mil millones de pesos.
Sobre el protocolo que los empresario en el rubro restaurantero han llamado «Mesa Segura», dijo, forman parte de una serie de acciones preventivas que pondrán en marcha una vez que tengan la «luz verde» para reanudar las labores y recuperar de forma paulatina los ingresos.
Finalmente, detalló que en los diferentes establecimientos que forman parte de la Canirac, se acordó que en la «nueva normalidad» tanto el personal como los usuarios usarán cubrebocas, el gel antibacterial será permanente, los pedidos se harán de forma digital, las caretas en la parte interna será obligatorias y también se colocarán tapetes sanitizantes.