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Aunque los partidos políticos y algunos personajes aspiran a llegar a cargos de elección popular y hacen promesas para mejorar las condiciones de la población, la injusticia y la pobreza aún existen en varias regiones de Chiapas y no se ve que la situación mejore a corto plazo, consideró el presbítero de la Diócesis de Tapachula, Anastacio Ramos Castillo.
Lo preocupante, dijo, es que la ciudadanía confió en un cambio durante el 2018 con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, continúa la miseria en comunidades que se mantienen excluidas en no sólo en la Sierra, también en la Costa y hasta en la frontera Sur.
«Esta situación creo que no va a cambiar, porque estamos en las manos de políticos y empresarios que quieren el poder para subsistir y vivir, el pueblo no importa», enfatizó.
Con sus 39 años de experiencia religiosa, mencionó, la población sigue inconforme y buscaron el cambio desde las pasadas elecciones de forma independiente pero no lograron, ahora fueron desplazados por los intereses de los mismos partidos políticos.
Previo a que se desarrollen los comicios, consideró que los ciudadanos están manifestando una nueva molestia por aquello que rechazaron del antiguo régimen y que ahora se repite; de no controlarse, opinó, podría venir una inestabilidad política importante.
Las autoridades, en sus diferentes nivel, explicó, tiene que enfocar su política pública para sacar de la marginación a las zonas más vulnerables con proyectos reales, pues la población no merece que sea entretenida sólo con la entrega de dinero.
«La Mafia del Poder como el mismo AMLO dice; entre ellos se están repartiendo el botín de los municipios, de las regiones y no se está resolviendo las necesidades», reclamó.
Finalmente, puntualizó que si las autoridades no quieren que sucede una situación de emergencia por la inconformidad social, tienen que atender las necesidades que están enfrentando los municipios y debe existir el compromiso de trabajar para el pueblo.