Productores, comerciantes y amas de casa reportaron que en las últimas semanas han resentido un incremento en los precios de la canasta básica.
Uno de estos productos es el huevo, que en las últimas semanas ha registrado un constante incremento en el precio, y hoy en diversos establecimientos se llega a comercializar hasta los 78 pesos.
Estos aumentos a la canasta básica tienen un impacto negativo en las finanzas de las familias chiapanecas, sin embargo, no es el único producto que ha subido.
Principalmente las amas de casa exponen que, en los últimos meses, el costo del cono de huevo pasó de 45 pesos a 78, en algunos casos existen algunas marcas que lo ofertan en 69 pesos.
Este incremento podría a la brevedad traer consecuencias, como es el incremento en otros productos que ocupan el huevo para su elaboración, como es la panadería o repostería.
Siendo un producto de la canasta básica y de consumo diario, representa un gasto extra de entre 10 y 20 pesos más al salario que perciben las cabezas de familia.
Cabe recordar que fue en diciembre pasado que se anunció que el salario mínimo en todo el país subiría en un 20 por ciento en beneficio de 3.5 millones de ciudadanos a partir del mes de enero del año en curso.
Sin embargo, es en este mismo periodo en que también han incrementado los costos de diferentes productos de la canasta básica de uso diario.
Los mismos consumidores exponen que el azúcar ha sido otro básico que ha pasado de 16 a 24 pesos por kilogramo, por lo que un incremento salarial resulta insuficiente para la alimentación de una familia promedio.
Ya que el salario pasó de 102.68 a 123.22, no obstante, tan solo en esos dos productos representa un gasto de casi 30 pesos más.
La avena, el arroz, también han tenido un incremento aunque sea menor, es decir, entre dos y cuatro pesos, pero por igual trae repercusiones a diferentes sectores.
Otros básicos como el aceite y las pastas continúan con precios del año pasado por el momento, de tener un alza, el incremento salarial no representaría ningún avance económico, al menos para la familia promedio mexicana.